El pelo de los humanos no es igual en todas las partes del cuerpo. En la cabeza es abundante y crece mucho, en las piernas y brazos crece menos y hay zonas, como las palmas de las manos, de los pies o los párpados donde la ausencia de pelo es total.

¿Por qué sucede esto?

No hay un consenso de por qué a lo largo de la evolución los humanos hemos ido perdiendo el pelo; algunas teorías apuntan a que nuestros lejanos antepasados fueron teniendo cada vez menos vello corporal para evitar la proliferación de parásitos, con menos pelo, menos parásitos, otros, apuntan a que se fue perdiendo pelo corporal por el calor. Los primeros representantes del género Homo desarrollaron un mecanismo de refrigeración corporal que funciona con la disipación de calor a través de glándulas sudoríparas distribuidas por todo el cuerpo. Para que la evaporación del sudor funcione, se requiere la desaparición del vello corporal.

¿Cómo se comporta nuestro pelo según la zona corporal?

Sea como sea, actualmente nuestro pelo se comporta de diferente manera dependiendo de la zona: en las piernas y brazos crece lentamente y en la cabeza lo hace de manera más rápida. Esto está relacionado con la duración de la fase de crecimiento del cabello, en el cuero cabelludo suele durar entre 2 y 7 años, mientras que en el labio superior o las piernas suele durar unas 4 semanas, independientemente de las veces que lo cortemos, sin embargo, cuando lo arrancamos, el pelo vuelve a iniciar bruscamente la fase de crecimiento.

¿Por qué no crece el cabello en algunas zonas?

Recientemente un equipo de investigadores de la University of Pennsylvania School of Medicine ha publicado, en la revista de divulgación científica Cell Reports, los resultados de su investigación sobre el porqué de la ausencia de cabello en determinadas zonas. Según sus conclusiones, existe un inhibidor natural de crecimiento del cabello, una molécula conocida como Dickkopf 2 (DKK2) que en presencia elevada impide el crecimiento de pelo. Lo demostraron estudiando la piel plantar de los ratones (sin pelo) y descubrieron que presentaba altos niveles de esta molécula y al eliminarla genéticamente el pelo empezó a crecer en esa zona; sin embargo, los conejos que sí tienen pelo en la zona plantar no tienen una alta cantidad de la molécula Dickkopf 2 (DKK2).

Los investigadores explican que la producción de esta molécula en zonas específicas de la piel se ha ido alterando con la evolución de acuerdo con las necesidades de cada especie.

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