El cabello cambia con la edad, como también lo hacen nuestra piel y uñas que van experimentando cambios ligados al envejecimiento celular. Es un proceso gradual que nos afecta a todos en mayor o menor medida, dependiendo de la genética y del estilo de vida que hayamos llevado toda nuestra vida.
¿Qué cambios notamos en el cabello?
- Aparición de canas. Suelen aparecer a partir de los 30 años comenzando por las sienes, aunque también pueden aparecer antes. Es uno de los signos más evidentes de la edad. La causa de su aparición es que el folículo piloso produce menos melanina, que es el pigmento natural del cabello y de la piel. Es un proceso natural ligado al envejecimiento en el que la genética juega un papel muy importante, sin embargo, hay otros factores que pueden influir en su aparición temprana, como el estrés. El resto del vello corporal, las cejas y la barba… también suelen volverse blancos, aunque en el pecho, las axilas y el pubis puede no hacerlo.
Otra curiosidad es que las canas aparecen a edad más temprana en las personas de raza blanca y más tarde en las de raza asiática. - Pérdida de densidad, igualmente ligada al envejecimiento, debido a que la regeneración capilar es más lenta y la velocidad de crecimiento menor. Además, la circulación sanguínea disminuye por lo que la sangre que llega a los folículos pilosos, con los nutrientes correspondientes, es menor.
- Caída. En los hombres suele comenzar alrededor de los 30 años, si bien puede producirse a edades más tempranas. Empieza en las sienes y se va extendiendo a las demás zonas, siendo casi total en torno a los 60 años. En las mujeres la calvicie de patrón femenino aparece generalmente con la menopausia por el descenso de hormonas. También se produce la caída del vello corporal.
- Deshidratación y encrespamiento. El pelo pierde humedad y se nota más seco debido a que las glándulas sebáceas se ralentizan y producen menos sebo por lo que el cabello conserva menos la humedad, esto hace que se encrespe.
- Pelo más quebradizo. La disminución de colágeno es otra de las consecuencias del envejecimiento y hace que nuestro cabello se rompa con más facilidad, también que nuestra piel pierda densidad y nuestras uñas sean más quebradizas.
¿Qué podemos hacer?
Es evidente que no se puede detener el envejecimiento, pero si podemos cuidar nuestro cabello para que se mantenga en buen estado durante toda nuestra vida.
- Mantener una alimentación sana rica en vegetales, minerales y proteínas y por supuesto no olvidar la hidratación bebiendo agua, infusiones, zumos… en cantidad suficiente.
- Evitar el estrés y el sedentarismo, practicar algún tipo de ejercicio, si es al aire libre mucho mejor.
- Mantener el cabello siempre hidratado con mascarilla y serum porque un pelo hidratado es menos quebradizo y tiene más brillo.
- Secar el pelo adecuadamente y, siempre que sea posible, al aire. Si utilizamos secador, debemos tener cuidado de no acercarlo mucho
- Utilizar periódicamente productos de tratamiento como nuestro Tratamiento Regenerador, Tratamiento Revitalizante o el Reestructurante Intensivo.
- Escoger el champú adecuado a cada tipo de cabello. En nuestra gama de champús, acondicionadores y mascarillas SG, de formulación exclusiva, puedes encontrar el que más te convenga. ¡Consúltanos!