No es nada nuevo decir lo importante que es beber agua para nuestra salud y para que nuestra piel se mantenga sana y tersa. Lo mismo ocurre con nuestro cabello, el agua es necesaria para que esté sano y bonito.

Cuando no bebemos suficiente agua el cabello también se deshidrata, se debilita y se vuelve frágil y quebradizo, incluso puede llegar a caerse. La falta de hidratación también puede producir irritación en el cuero cabelludo y retraso en su crecimiento.

A más dureza del agua, más sequedad

La calidad y cualidad del agua influye en el estado de nuestro cabello y de nuestra piel, todos lo hemos podido comprobarlo cuando viajamos a otras zonas u otros países con aguas de diferente composición y dureza.

Notamos que el agua es “dura”, es decir la que contiene más cantidad de cal y minerales, porque el champú, gel o jabón hacen menos espuma y necesitamos utilizar más cantidad de producto. A largo plazo este tipo de agua hace que nuestro cabello esté más seco, áspero y que su aspecto sea más apagado. Además puede producir picazón en el cuero cabelludo y en el resto de nuestra piel.

En cuanto al cloro, el agua que llega a nuestros grifos contiene las cantidades adecuadas para que sea potable sin perjudicar nuestra salud, pero en el caso de las piscinas la cantidad de cloro es más elevada y puede secar nuestro cuero cabelludo y nuestro cabello. En combinación con el sol incluso puede hacer que varíe la coloración del pelo.

¿Qué podemos hacer?

En estos casos es muy recomendable realizar periódicamente un tratamiento de ozonoterapia que limpia en profundidad el cuero cabelludo y los folículos pilosos favoreciendo que los nutrientes lleguen al pelo y la acción de los productos.

También se pueden utilizar productos que regeneren el cabello como nuestros: Tratamientos Regenerante y Revitalizante y nuestros champús y mascarillas para cabellos castigados.

En cuanto a la temperatura

El agua muy caliente contribuye a la sequedad de nuestra piel y de nuestro cuero cabelludo agravando los problemas que tengamos, como caspa o dermatitis. El agua fría impide que los productos de higiene se eliminen completamente, por lo tanto, lo ideal es utilizar el agua templada durante el lavado y terminar con un chorro de agua fría que beneficia el riego sanguíneo y ayuda a cerrar la cutícula de nuestro cabello. De esta forma, nuestra piel estará más suave y nuestro cabello brillante.

En cualquier caso, si tienes alguna duda sobre el estado de tu cabello, no dudes en consultarnos, haremos un diagnóstico, aplicaremos la solución adecuada a tu caso y te recomendaremos los productos más adecuados para ti.