Se llama efluvio telógeno a la caída generalizada de cabello que se produce a los 2-3 meses de haber dado a luz. Es un proceso natural y reversible, lo normal es que aproximadamente en un año el pelo vuelva a su estado normal.

¿A qué se debe?

Durante el embarazo el cabello está más bonito que nunca: brillante, fuerte, incluso crece a un ritmo más rápido, debido al aumento de hormonas de la gestación que propicia que haya un mayor número de cabellos en fase de crecimiento o anágena.

Al poco tiempo de nacer el bebé y, según el organismo va recuperando el nivel de hormonas habitual, el cabello entra también en su ciclo normal y todos aquellos pelos que no se habían caído en el embarazo lo hacen ahora. Es un proceso muy frecuente y, aunque preocupa un poco, termina a los pocos meses ya que no se produce una atrofia del folículo piloso.

Además de las hormonas, hay otros factores que pueden influir en el efluvio telógeno posparto como el estrés ante la nueva situación, el cansancio habitual por la falta de sueño y la atención del bebé, anemia posparto, alimentación deficiente…

¿Qué puedo hacer?

En primer lugar, disfrutar de esta etapa tan bonita de tu vida con tu bebé y no olvidar cuidarte y mimarte tú. Tranquilízate y no te alarmes cuando veas más cabello en el cepillo, la ducha o la almohada y tómalo como lo que es, un proceso natural.

Además, cuida tu alimentación y no olvides incluir frutas, verduras y frutos secos y cuida tu cabello: lávalo con la frecuencia necesaria, evita cepillarlo de forma brusca y en lo posible evita también el secador y las planchas y utiliza productos adecuados para tu tipo de cabello.

Aplicar complementos vitamínicos puede ayudar a regenerar el cabello y evitar que la caída se prolongue durante un plazo más largo.

Por supuesto, si notas que la caída se prolonga en el tiempo o que no recuperas tu densidad de cabello habitual, consúltanos, haremos un estudio y aplicaremos el tratamiento adecuado.